4 jul. 2007

Entrevista para el MINCI

María León, presidenta de Inamujer
"En Venezuela jamás hubo tanta participación de la mujer como hoy"

La Constitución y la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia las protege. Estamos diseñando mecanismos para atender a las indigentes y mujeres privadas de libertad. Inamujer dispone del 0- 800MUJERES o 0800- 6853737
Por: Emilce Chacón(*)
Por mucho tiempo se asumió de forma natural y sin cuestionamientos la relación poder- subordinación entre el hombre y la mujer. A él la sociedad le asignó un espacio público y superior, a ella un espacio privado de subordinación circunscrito al hogar. Las diferencias, más allá del sexo, las construyó la sociedad en el plano educativo, político y social. Para fortuna de las mujeres y en coherencia con la igualdad de géneros se han logrado importantes avances en la eliminación de las desigualdades entre hombre y mujer, especialmente en el ámbito jurídico. Organizaciones de mujeres y algunos gobiernos han impulsado los cambios que rompen con la sumisión del género femenino.
Venezuela tiene el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer), organismo gubernamental encargado de definir, coordinar y evaluar las políticas y programas a favor de los derechos de la mujer. Desde el año 2000 lo preside María León, fundadora de diferentes organizaciones femeninas desde 1958, quien participó en la propuesta “Un Visión de País con Ojos de Mujer” que se redactó para enriquecer la Constitución de 1999. A propósito del Día Internacional de la Mujer, el 08 de marzo, conversamos con ella para conocer los avances que tiene el país en este tema.

¿Persiste la desigualdad entre el hombre y la mujer en nuestro país y en este tiempo? “El principal problema que afecta a la mujer venezolana es universal y se llama desigualdad. Históricamente, fue reducida al ámbito del hogar sin derecho a la vida pública y esta reducción produjo una mujer invisible. La desigualdad se manifiesta en todos los órdenes. En las canciones, por ejemplo, el folklore dice que la mujer decente no puede salir de noche, y el ideal de la buena mujer es la que sabe atender su casa y servir la mesa. Es el principal problema porque está en las costumbres. Aún hoy se habla de mujer y familia, cuando tiene que ser hombre, mujer y familia, porque la constituimos todos y la responsabilidad es de todos.
Aunque han ocurrido cambios importantes, la invisibilización de muchas mujeres se mantiene, porque todavía persiste la sociedad patriarcal con valores promovidos por hombres y mujeres. No es fácil romper con una cultura de subordinación y exclusión que tiene miles y miles de años, en los que la mujer ha sido convertida en instrumento de su propia dominación. El proceso es lento porque en la mente del venezolano y la venezolana todavía está anidado un modo de pensar”.
¿Cuáles son esos cambios importantes? “Son recientes. Las mujeres se incorporaron tarde a las escuelas. Las primeras universitarias se graduaron apenas hace 60 años. El hogar comenzó a compartirse desde 1982, cuando se reformó el Código Civil. Aquí la mujer no tenía derecho ni siquiera a vender los bienes adquiridos en el hogar, porque todo estaba a nombre del hombre. A finales del siglo pasado logramos que el patrimonio familiar sea mitad y mitad. Y la revolución que impulsa este Gobierno está acelerando los cambios, está contribuyendo a descubrir el velo de muchos problemas que no veíamos antes”.
¿Qué está haciendo este Gobierno para abrirles espacios a las mujeres? “Hemos avanzado en el espacio político. En primer lugar, porque presentamos en la Asamblea Constituyente una propuesta que se llamó “Una Visión de País con Ojos de Mujer”, con base en las demandas de las mujeres venezolanas para alcanzar la igualdad, todo fue aprobado y recogido en el texto constitucional vigente. Desde el primer artículo está visibilizada la mujer. No puedes hablar del ciudadano ni del hombre o trabajador sin decir la ciudadana, la mujer o la trabajadora.
La participación que tiene hoy la mujer en Venezuela no la tuvo jamás y creo que en ninguna parte. Tenemos cinco poderes públicos de los cuales tres están dirigidos por mujeres: el Poder Legislativo, Electoral y Judicial. Lo más importante no son los altos cargos, a los que siempre hemos tenido derecho y se nos había negado, lo más importante es el papel que están jugando las mujeres en los consejos comunales, las misiones y en todos los programas que el Gobierno impulsa.
En la Asamblea Nacional tenemos la más alta participación de mujeres que hayamos tenido en la historia del país y no la tenemos paritaria porque los partidos políticos desoyeron el llamado del Consejo Nacional Electoral que les exigió el 50 y 50, pero lo lograremos. El Presidente Chávez acaba de convocar a las mujeres para integrar el partido socialista unido 50 por ciento hombres y 50 por ciento mujeres. Así nos concibió Dios y así nacemos: mitad y mitad”.
¿Qué beneficios tiene la recién aprobada Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia?
“Esta ley sólo espera el ejecútese del Presidente Chávez para salir a la calle. Es un instrumento que permite abordar la problemática de la violencia contra la mujer. Está nutrida con aportes de mujeres de todos los sectores. Considera tipos de violencia distintos de los que comprendía la Ley de Violencia hacia la Mujer y la Familia que entró en vigencia en 1993. A la violencia física, sexual y psicológica se suman la trata de blancas, el acoso sexual y la violencia obstétrica. Imagínate que la eliminación de la violencia obstétrica reduciría radicalmente el índice de mortalidad en el mundo. Consiste en el maltrato que reciben las mujeres en el parto. Las humildes son maltratadas en la maternidad. Los médicos y las personas que las atienden les ordenan que no griten y a veces ponen a dos mujeres bañadas en sangre una al lado de la otra.
Esta ley establece nuevos tipos de procedimientos, entre ellos, que los órganos receptores de denuncias podrán colocar las medidas de protección desde el inicio y no tendrán que esperar que un fiscal y un juez den la orden. También amplia el concepto de flagrancia, porque la violencia contra la mujer ocurre principalmente en la casa y no se ve al agresor cuando comete el delito. Así como muchas mujeres aún están invisibilizadas también la violencia en su contra. Ahora, vasta que la mujer denuncie para tomar acciones en su protección”. ¿Cómo están enfrentando la problemática que representa la indigencia en la mujer? “No hemos actuado suficientemente en este sentido. Estamos diseñando mecanismos para atender a las indigentes y las mujeres privadas de libertad. El nuevo Ministro del Minpades nos ha llamado a incorporarnos a la Misión Negra Hipólita. Estamos afinando para enfrentar esa tarea tan importante. La cantidad de mujeres en la indigencia es mucho menor que los hombres, pero sí tenemos un grupo de mujeres en esa condición y principalmente jóvenes”. ¿Qué están haciendo para mejorar la condición de vida de las mujeres en el sector rural e indígena?
“Tenemos dos líneas de trabajo: afro venezolano e indígena. La mujer campesina tiene prioridad al gestionar créditos y en atención de salud. Tenemos una indígena Warao como responsable de Inamujer para asuntos indígenas que ahora está en Amazonas trabajando con las mujeres. El año pasado hicimos el primer encuentro de 40 etnias y cada una manifestó su necesidad y para dar respuesta estamos trabajando en conjunto con la Misión Guicaipuro. También hemos logrado traducir algunos de nuestros materiales a sus lenguas, para que llegue la información.
Estamos diseñando la Misión Familias sin Violencia que consistirá en la prevención de la violencia. Será una misión interdisciplinaria. Todo el Gobierno tendrá participación. Así como declaramos a Venezuela territorio libre de analfabetismo, aspiramos declararla libre de violencia en la familia”. La mayoría de las mujeres de este país llevan solas la responsabilidad de la casa y el cuidado de los hijos. A veces esto puede dificultar el acceso al trabajo en la calle. Se ha propuesto alguna alternativa en este sentido? “Uno de los grandes planteamientos de las mujeres en los sectores populares es el acceso al crédito para desarrollar una pequeña empresa sin desatender a los hijos. En esa aspiración hemos avanzado. Para ello, el Gobierno ha diseñado programas a través del Banco de la Mujer, Vuelvan Caras y Madres del Barrio. Son medidas que han venido dándole espacios de trabajo, claro que todavía falta mucho para llegar a las condiciones óptimas y para ello hay que luchar.
La lucha se extiende a la reducción de la jornada laboral. El horario de trabajo de ocho horas es arcaico. Sabes lo que gasta un trabajador desde las 4 de la mañana para llegar a su trabajo, y en la tarde, cuando ya no puede más, hacer las colas para tomar el carrito y llegar a su casa a las 10 de la noche. Las mujeres siempre necesitan tiempo flexible, porque aunque la Constitución dice que padre y madre son responsables, en la realidad venezolana la mayoría de las mujeres trabajadoras son madres solas. La expectativa de vida de 74 años no es para todas las clases sociales. Las personas de los estratos C, D y E dejan esa expectativa en la fábrica, en las calles.
Por otra parte, la mujer y el trabajo doméstico fueron considerados improductivos hasta que llegó la revolución bolivariana que estableció en el artículo 88 que el trabajo del hogar produce valor agregado, riqueza y bienestar social. Antes le preguntaban a una mujer que estaba en casa ¿Usted trabaja? Y respondía no. Desde la 5 de la mañana hasta las 12 de la noche con el lomo doblado, pero ella no trabaja”.
¿A dónde dirigirse las mujeres que necesiten información? “En principio, comunicarse con Inamujer a través de 8608210 al 19. Cuando se trata de violencia tienen el 0-800 mujeres o 0800- 6853737. Allí reciben orientación para que puedan fortalecerse y actuar. Está la Defensoría del Derecho de la Mujer que es la instancia jurídica del instituto que las apoya y asiste en la defensa de sus derechos.
Para las mujeres cuyas vidas corren peligro Inamujer cuenta con cinco casas de abrigo en Caracas, Maracay, Lara, Falcón y Anzoátegui. Aspiramos que este año haya una por Estado. Allí son resguardadas con sus hijos (hasta 12 años de edad) durante tres meses. En las casas de abrigo hay otras mujeres preparadas para brindar atención psicológica y asistencia jurídica. Hay que denunciar, hay que concienciar porque no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Si irrespetan su derecho, denúncienlo porque la Constitución se los da. Serán esclavas mientras no estén dispuestas a quitarse de encima la esclavitud”. (*)

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