29 may. 2007

El Socialismo de mis Sueños

Por: María León

Sería muy osado de mi parte hablar de socialismo científico área del conocimiento de la que apenas tuve oportunidad de escuchar algunas lecciones de la Profesora búlgara Donka Radeva y del inolvidable maestro, profesor Jesús Rivero.

Me limitaré entonces a describir el Socialismo de mis sueños “ese en el que llevo ya medio siglo de luchas”. En los años 60 época que en el Partido Comunista de Venezuela denominamos de la lucha armada me incorporé como la combatiente Inés, al Frente Guerrillero del Charal, que comandaba “Pablo” el ingeniero Juan Vicente Cabezas.

No puedo olvidar jamás los sentimientos que me invadieron cuando me separé de mis pequeñas hijas: Bertha Margarita y Ana Celeste, dejándolas al cuidado del Partido, años después nacería mi hijo varón: Victor Julián. Me juraba a mi misma que regresaríamos triunfantes, cuando caminábamos hacia la montaña, como Fidel y sus barbudos siempre en las filas del Partido Comunista o en el recuerdo de sus militantes para construir el socialismo. Esa sociedad donde no habría ni infancia ni ancianidad abandonada ni en la indigencia.

Quien vivió en carne propia todos los rigores de la orfandad, el hambre, el desamparo y la humillación, tenía necesidad de creer y luchar por una organización social donde niñas y niños disfrutaran del pan y la alegría y donde ancianas y ancianos tuviesen garantizados el derecho al cuidado, al reconocimiento y al descanso.

Vino entonces la derrota o las innumerables derrotas. La mayor de ellas ver rodar la estatua de Lenin en Volgogrado, pero entonces como ahora pienso que nada ni nadie por desagradecido que sea podrá negar la grandeza de la Revolución Socialista Rusa en el siglo XX y las conquistas que con su influjo alcanzaron en el mundo la clase obrera y los pueblos colonizados en la lucha por su liberación.

Al comenzar la década de los 70 muchos de nuestros camaradas habían muerto o estaban en la clandestinidad, en prisión o en el exilio, a pesar de ello en Valentina Tereskova la primera mujer en volar al espacio nuestros sueños de mujer comunista recibían un refuerzo de esperanza. Luego nuestras derrotas se acentuaron.

Se fracturó el Socialismo Real. En nuestra América sólo la valerosa Cuba resistía. Una cantidad inimaginable de militantes, no sólo abandonaban la misión de luchar por el socialismo, sino que con “armas y bagaje” pasaban a las acciones y las prácticas del enemigo de clase, y lo que es peor, a la defensa de las ideas capitalistas neoliberales.

Empezamos a desvelarnos, a leer para encontrar explicación a lo que sucedía ¿Cuándo perdió la clase obrera el poder en la U.R.S.S. o fue que nunca lo tuvo? ¿Es posible retroceder del modo de producción socialista a la propiedad capitalista, sin lucha por parte del proletariado? ¿Qué pasó? ¿Qué vendrá ahora?, ¿Encontraremos las maneras de reemprender el camino para avanzar?. Y por supuesto ¿Cómo podemos contribuir a reagrupar las fuerzas?, y dando de nuevo rienda a la imaginación propusimos lo que he llamado: El Título de Propiedad.

El Título de Propiedad

Me imaginaba que todas las riquezas, del suelo y el subsuelo se repartían en partes iguales entre los millones de venezolanas y venezolanos y al nacer cada niño o niña recibiría su parte en un Título de Propiedad inalienable, vitalicio, e irrenunciable. De esta manera nacían en verdad todos y todas iguales. Pienso que será muy difícil alcanzar la igualdad entre adultos marcados por la injusticia, la subordinación y la miseria, Si no nacemos todos iguales seguiremos viviendo y muriendo unos “más iguales que otros”.

La idea encontró algún eco, Beatriz Veit-tané la Sacerdotisa de María Lionza respetable figura espiritual de nuestro pueblo me garantizó que ese título tenía inspiración de la divinidad. El Profesor Fermín Toro redactó un modelo de Título que repartí entre mis camaradas, familiares y amistades. Como soñar no cuesta tanto debo proponer hoy nuevamente que las riquezas del suelo y el subsuelo sean repartidas en partes iguales entre los ciudadanos y ciudadanas del país. Para que se cumpla la escritura y “recibamos la tierra en heredad”.

La Democratización una Necesidad

Observar el aceleramiento social, los maravillosos cambios que se suceden sin que tengamos tiempo de asimilarlos, nos hace comprender que para realizar las inmensas tareas que se propone la humanidad, necesita incorporar millones de voluntades. Digamos por ejemplo, el derecho a la salud, gracias a los continuos descubrimientos científicos es real la posibilidad de dar salud a los pueblos, pero se necesitan millones de médicos, enfermeras, técnicos, especialistas. El mismo fenómeno experimentamos con la educación, ¿cuántos maestros de preescolar necesitamos?. Y en el deporte, la cultura, la recreación y el descanso ¿cuántos trabajadores y trabajadoras hacen falta?.

Ni siquiera, las interminables tareas del hogar pueden ser asumidas por una ama de casa. Aquellos tiempos en que una mujer atendía 12 hijos, el marido y los padres, ya no volverán.

Las múltiples exigencias de un hogar en el siglo XXI necesita la colaboración y ayuda mutua de todos los miembros de la familia. Cuando hay tres hijos se considera una familia numerosa, para cuyo cuidado hace falta además del esfuerzo del padre y de la madre, la ayuda de las instituciones del estado y de diversos entes públicos o privados, es decir, las familias necesitan ser democratizadas.

La convicción de que sólo millones de seres conscientes pueden salvar al planeta de su real amenaza de extinción, nos permite comprender que, o democratizamos el saber, el poder las riquezas, las propiedades, o perece sin remedio el género humano. Pensando en la Democracia como una necesidad, nos propusimos como objeto de la democratización el gobierno y diseñamos lo que hemos denominado El Gobierno Alterno. Es decir, una forma de organización social a todos los niveles que permita incorporar la inteligencia y el trabajo de las mayorías en los asuntos del Estado.

El Gobierno Alterno

Sabemos que el Estado es un ente opresor, y que para abolir la opresión habrá que democratizarlo y más aún trascenderlo.

Este modelo de Gobierno Alterno fue propuesto como oferta del Partido Comunista de Venezuela en las elecciones municipales 199_ , cuando fui candidata a concejala a la Alcaldía de Caracas, y consiste en superar lo que hasta entonces se llamaba participación popular desde el gobierno burgués, a la que el pueblo ironizaba conjugando el verbo participar: yo participo, tu participas, él participa, nosotros participamos, vosotros participáis, ELLOS DECIDEN. Exactamente allí teníamos la trampa.

La propuesta de Gobierno Alterno busca una manera distinta de organización del movimiento popular y un modo eficaz para decidir, pero no para cualquier decisión, sino para incidir en las que consideramos las decisiones más importantes de gobierno.

Una vez organizado el pueblo en su vocación y conocimientos específicos, es decir en los consejos populares: de mujeres, de salud, de educación, de jóvenes, de deporte, de defensa de la patria, de seguridad y otros. A través de sus asambleas presentaría a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Electoral, sus propuestas en cuatro decisiones por demás importantes:
- Diseño de las políticas, planes y programas.
- Nombramiento de los funcionarios y funcionarias.
- Elaboración y ejecución del presupuesto.
- Políticas comunicacionales.

Estos mecanismos de organización y participación en las decisiones por parte del movimiento popular democratizará los poderes públicos fundamentales en todos los niveles, nacional, regional y local. Eso nos conducirá al autogobierno, a una organización social autogestionaria, a la sociedad de iguales

Igualdad de la Mujer

Hace más de dos siglos, Olimpia Gougle en Francia, presentaba los derechos de la mujer y la ciudadana ante los derechos del hombre y del ciudadano. Por exigir reconocimiento e igualdad entre las mujeres y los hombres de su tiempo, sus propios compañeros la decapitaron. Pero, he aquí que en Venezuela, hemos comenzado el siglo XXI con un instrumento legal, con la Constitución de la República Bolivariana, aprobada en diciembre de 1999, la cual reconoce a la mujer y a la ciudadana al lado del hombre y del ciudadano. Esto confirma una vez más, que en la revolución no importa el tiempo que separe la siembra de la cosecha, ésta indefectiblemente llegará.

La demanda de igualdad y justicia que enarbolan las masas populares en América Latina y el Caribe, democratizando poderes que antes sólo alcanzaban las élites dominantes, el protagonismo del pueblo trabajador hace que del sur al norte del continente se destaque, que brille de manera especial esa mitad de la población que renueva la vida cada día, que trabaja, que cuidad, que arrulla y que sueña y reclama igualdad con el hombre en la responsabilidad con los hijos e hijas, igualdad con el hombre en el derecho al trabajo y al salario, a la calificación, a la seguridad social, a los ascensos laborales, a la gerencia.

A la igualdad con el hombre en el alto gobierno, en los Ministerios, en los partidos, en los sindicatos, en los cargos de elección popular.

A la igualdad con el hombre en la educación, en la cultura, en el derecho a la recreación y al descanso.

Según Federico Engels y Augusto Bebel, en la historia, la primera en ser esclavizada fue la mujer, y sentenciaba Bebel: será la última en liberarse.

Los movimientos feministas de finales del siglo veinte y comienzos del veintiuno hacen prever que junto con la liberación de la mujer y el derrumbe del patriarcalismo, sus jerarquías, opresión e ideología, esencialmente discriminatoria, avanzará, no sólo la liberación de la mujer, sino de todas y todos los oprimidos, por su nacionalidad, su origen de clase, el color de su piel, su modo de vivir o de amar.

El derrumbe de la sociedad patriarcal augura la sociedad de iguales.

Resumiendo

En el socialismo de mis sueños, al nacer no existen pobres y ricos, todos y todas nacen iguales.

En la organización social gobiernan democráticamente los colectivos. El poder de decisión esta en el pueblo.

La mujer, por fin, ocupa el lugar de igualdad que le corresponde en la sociedad.

Así tendrá que ser el socialismo de mis sueños


María León

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