Una lección que necesitamos aprender con modestia los y las luchadoras sociales de hoy, es que las revoluciones no son fenómenos casuales sino saltos cualitativos en procesos sociales que exigieron en su desarrollo mucha acumulación cuantitativa, que millones de mujeres y hombres antes de nosotras y nosotros entregaron esfuerzos incontables, sacrificios y muchas vidas.
Las ideas socialistas del siglo XIX en Europa con Carlos Marx y Federico Engels nos legaron una obra fundamental, el Manifiesto Comunista, la teoría de la lucha de clases y de la Misión Histórica de los trabajadores. Los socialistas nos legaron también el ejemplo del primer gobierno obrero: La Comuna de Paris.
También las trabajadoras y trabajadores de los Estados Unidos de Norteamérica con las ideas socialistas escribieron la página heroica del 1º de mayo y ofrendaron la vida de los mártires de Chicago por la jornada de ocho horas.
No pasó mucho tiempo de ese sacrificio cuando las ideas socialistas levantaban nuevamente el sueño de justicia de los pueblos desposeídos. Los trabajadores de Rusia: campesinos, obreros y soldados derribaron el poder de los Zares y liberaron no sólo a su pueblo de la opresión sino a millones de personas que vivían como lo dijo Lenin “en una Rusia convertida en cárcel de pueblos”.
El pueblo trabajador se apropió del Estado, decretó la Paz, hizo legales la jornada de ocho horas y la igualdad de la mujer, entonces, su enemiga histórica, la burguesía, tuvo miedo y astuta decidió crear mecanismos para negociar e impedir que todo el pueblo trabajador de entonces se alzara como el pueblo ruso. La estrategia inmediata de la burguesía fue crear la O.I.T, es decir, un mecanismo tripartito – Estado, patronos y trabajadores. Todos los beneficios logrados a favor de los trabajadores son producto de esa revolución, del sacudimiento mundial que convirtió a Rusia en Estado de los obreros, campesinos y soldados.
Después de la revolución Rusa de 1917 con su ejemplo y con su ayuda se desataron los movimientos de liberación nacional y las revoluciones en todos los continentes.
En el Asia despertó el gran coloso dormido, el pueblo chino y asombró a todos los pueblos del mundo el heroico Vietnam que con su sabiduría, unidad y sacrificio venció dos imperios.
Después de la Revolución Rusa todo fue distinto sobre la tierra, la ciencia, el arte, el canto, la alegría, no olvidaremos jamás que el poder socialista envió el primer astronauta al espacio y la primera astronauta mujer. Y como si todo esto fuera poco el socialismo brilló en nuestra América y tuvimos la infinita, la digna, la solidaria Revolución en la República de Cuba. La Cuba de Martí que nos regaló a Fidel y al Che.
Hermanas y hermanos que me conceden el honor de leer estas líneas, el socialismo es un sistema social que comienza y ahora será más grande, fraterno, igualitario, ahora el Socialismo es Bolivariano y tiene un líder maravilloso, el Presidente Hugo Chávez.
¡Patria, Socialismo o Muerte!
María León
Las ideas socialistas del siglo XIX en Europa con Carlos Marx y Federico Engels nos legaron una obra fundamental, el Manifiesto Comunista, la teoría de la lucha de clases y de la Misión Histórica de los trabajadores. Los socialistas nos legaron también el ejemplo del primer gobierno obrero: La Comuna de Paris.
También las trabajadoras y trabajadores de los Estados Unidos de Norteamérica con las ideas socialistas escribieron la página heroica del 1º de mayo y ofrendaron la vida de los mártires de Chicago por la jornada de ocho horas.
No pasó mucho tiempo de ese sacrificio cuando las ideas socialistas levantaban nuevamente el sueño de justicia de los pueblos desposeídos. Los trabajadores de Rusia: campesinos, obreros y soldados derribaron el poder de los Zares y liberaron no sólo a su pueblo de la opresión sino a millones de personas que vivían como lo dijo Lenin “en una Rusia convertida en cárcel de pueblos”.
El pueblo trabajador se apropió del Estado, decretó la Paz, hizo legales la jornada de ocho horas y la igualdad de la mujer, entonces, su enemiga histórica, la burguesía, tuvo miedo y astuta decidió crear mecanismos para negociar e impedir que todo el pueblo trabajador de entonces se alzara como el pueblo ruso. La estrategia inmediata de la burguesía fue crear la O.I.T, es decir, un mecanismo tripartito – Estado, patronos y trabajadores. Todos los beneficios logrados a favor de los trabajadores son producto de esa revolución, del sacudimiento mundial que convirtió a Rusia en Estado de los obreros, campesinos y soldados.
Después de la revolución Rusa de 1917 con su ejemplo y con su ayuda se desataron los movimientos de liberación nacional y las revoluciones en todos los continentes.
En el Asia despertó el gran coloso dormido, el pueblo chino y asombró a todos los pueblos del mundo el heroico Vietnam que con su sabiduría, unidad y sacrificio venció dos imperios.
Después de la Revolución Rusa todo fue distinto sobre la tierra, la ciencia, el arte, el canto, la alegría, no olvidaremos jamás que el poder socialista envió el primer astronauta al espacio y la primera astronauta mujer. Y como si todo esto fuera poco el socialismo brilló en nuestra América y tuvimos la infinita, la digna, la solidaria Revolución en la República de Cuba. La Cuba de Martí que nos regaló a Fidel y al Che.
Hermanas y hermanos que me conceden el honor de leer estas líneas, el socialismo es un sistema social que comienza y ahora será más grande, fraterno, igualitario, ahora el Socialismo es Bolivariano y tiene un líder maravilloso, el Presidente Hugo Chávez.
¡Patria, Socialismo o Muerte!
María León
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