11 sept. 2010

PRÓLOGO DEL LIBRO: HUELLAS NEOLIBERALES


Huellas neoliberales de: Simón Colmenares Silva


Es necesaria la igualdad de género. La desigualdad es un problema que la mujer históricamente ha padecido y que la ha llevado a ser víctima de la exclusión, del marginamiento y de la auto-percepción de debilidad; aunque la vida le demuestre lo contrario, la mujer es la que más resiste y la que más lleva responsabilidades sobre sus hombros, pero ella tiene la percepción de que es débil, es una auto-percepción de fragilidad, sin duda resultado de un modelo dominante donde se busca la sumisión. Como mencionara Hugo Chávez, en alguna oportunidad: «hay distintas formas de exclusión, el capitalismo las fue diseñando, la explotación del hombre por el hombre, la explotación de la mujer por el hombre, del niño por el hombre, del trabajador por el hombre; mil maneras, mil maneras de explotar a las mayorías.»

Hay que empoderar a la mujer, pero tampoco debemos dejar de lado al hombre, pues se trata de igualdad. El hombre debe ser un aliado en la lucha por la igualdad, es necesario sensibilizarlos ante la problemática del marginamiento y de la exclusión de la mujer. Debemos luchar por la igualdad, por ambos, eso es lo que plantea el concepto de género, no ver el problema como que sólo la mujer es la víctima, a pesar que es verdad, ella es víctima y él el victimario, pero el sacrificio de ella lo ha perjudicado también, es decir, la deformación de la mujer como dice la novelista y filósofa francesa Simone de Beauvoir: ‘no se nace mujer, se llega a serlo’ pero no es sólo mujer, hombre también, pues no se nace hombre, se llega a serlo, porque te lo imponen y te preparan como opresor, como dominador, a pesar que el hombre por naturaleza es sencillo y sensible, y desea ocupar otro lugar en la sociedad, pero los patrones establecidos te obligan a ser de determinada manera, pues si no, no se te considera hombre, es el modelo dominante, salvaje e inhumano.

En esta investigación que nos presenta Simón Colmenarez, daremos un ‘paseo’ por la cruda y siniestra realidad que caracteriza el capitalismo, una realidad llena de hechos que no están divorciados entre si, una realidad que omitimos y que a veces ni siquiera vemos, a pesar que la sentimos y padecemos en carne propia. Los daños y las plagas que azotan a nuestra madre tierra, a sus hombres, mujeres, niños y niñas, son consecuencia del modelo dominante: el capitalismo, y con éste los grupos de poder, que atentan contra lo existente. Los grandes empresarios neoliberales únicamente buscan enriquecerse y acumular poder, sin importar las huellas neoliberales impregnadas de miseria, horror y muerte, que dejan tras ellos. Lo anterior crea un gran conflicto, pues deshumaniza la especie humana, la vuelve insensible, individualista y sumisa.

Mucha relevancia ocupa actualmente el concepto de género, y nos plantea, que tanto la mujer como el hombre de hoy, no tenemos que ser la mujer y el hombre de mañana. La sociedad tiene que cambiar, nosotros tenemos que producir un cambio: debemos humanizarnos. En la medida que la mujer y el hombre, vivan cobijados por la igualdad de oportunidades y de condiciones, el techo donde cohabiten será un hogar, habrá familia, sus hijos e hijas sin duda lucharán y diseñarán un futuro humanista, crecerán y serán líderes dispuestos a un mundo pluripolar, sustentable y sin guerras por el dominio de los recursos. El nuevo orden mundial para un mundo humanista, sostenible y sin tantas asimetrías, comienza con democracias participativas y nuevas estructuras de gobierno, a lo que habría que sumar (por vitales), el cambio de cultura y de paradigmas, y éstos, se cultivan en el hogar.

María León

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