9 abr. 2007

Instalación del XIV congreso de la FDIM

Queridas representantes de la Federación Democrática Internacional de Mujeres. Queridas miembras del Comité Nacional Organizador del XIV Congreso de la FDIM. Queridas hermanas y hermanos de nuestro país, asistentes a este histórico evento:
Permítanme expresarles nuestros saludos con un pensamiento de José Martí.
leo:
“¡Decid que está enfermo de muerte el pueblo que no cultiva filialmente los laureles que dan sombra a la tumba de sus héroes! El que no sabe honrar a los grandes no es digno de descender de ellos. Honrar héroes, los hace”
José Martí
A nuestros héroes y heroínas:
Consciente de la profunda verdad que encierran estas palabras inmortales evoco a los héroes y a las heroínas de todos y cada uno de los pueblos aquí representados. Para simbolizarlos a todos y a todas les saludo en nombre de Simón Bolívar, nuestro padre Libertador y de Manuelita Sáenz, nuestra madre Libertadora.
Les saludo también en nombre de nuestros pueblos, los pueblos de nuestra América, que llevan a cabo la más hermosa batalla por la paz, por la igualdad, por la vida, por la dignidad, por la justicia social y de género en nuestro amado continente.
Este saludo, quiere también presentarles una humilde solicitud: ¡Levantemos del XIV Congreso de la FDIM, una potente voz que reclame la solidaridad de todos los pueblos del mundo con la martirizada República de IRAK! En estos momentos en que la humanidad venera la causa de Jesús de Nazaret, su sacrificio y su muerte, pidamos a todos los dioses y diosas de todas las religiones y de todas las creencias y a los hombres, y a las mujeres, que no permitamos que se siga crucificando a ese heroico pueblo.

Agradecimiento:
Quiero agradecer muchísimo a la directiva de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, a su Presidenta, y a sus organizaciones afiliadas, que hayan decidido realizar su congreso en este histórico mes de abril, que tiene para todo nuestro pueblo y muy especialmente para nuestro líder, el Presidente Comandante Hugo Chávez, grandes enseñanzas.

El heroico once de abril de 2002:
Personalmente nunca olvidaré las acciones de mis compatriotas en ese terrible día once de abril de 2002. Recuerdo que nos reuniríamos el Comando Político de la Revolución en la Sede de la Alcaldía de Caracas. A eso de las nueve de la mañana, habían llegado varios compatriotas, entre ellos Guillermo García Ponce, esperábamos a Freddy Bernal para comenzar. Y de pronto se presenta y nos dice: “no hay tiempo para reuniones, nos vamos a Miraflores”. Me fui casi corriendo al instituto, pedí a los camaradas que se fueran para Miraflores todas y todos cuantos quisieran defender la revolución y al presidente. A eso de las diez de la mañana, estábamos frente al palacio miles de personas. La tarima como casi siempre, estaba dirigida por Darío Vivas, siempre conocí a Darío como organizador del pueblo, como valiente. Pero desde ese día, creció mi admiración por él. Todo el día fue de movilización, frente a Palacio, pasaron horas intensísimas, pero en un momento, comenzaron los disparos, y he aquí mi asombro. En décadas había visto que en toda manifestación al comenzar la balacera, la gente corre para guarecerse de alguna manera. Pero esa vez no sucedió así.
Alguien gritaba al pie de la tribuna, recuerdo muy bien su rostro: “¡nos están matando!” pero la gente no se iba, nadie corría, todos y todas permanecíamos allí.
Después de participar en tantas manifestaciones en mi vida. Era la primera vez que veía al pueblo en masa, decidido a morir para defender a su Presidente, a su proceso, y a su revolución.
En un nuevo momento como a las siete de la noche, sentí como que caía un manto de tristeza. Y le pedí a Darío Vivas: “¡Vamos a cantar el cielo encapotado!” que es como popularmente llamamos al himno de la federación. Darío me contestó: “¡Cantemos!” Y todos entonamos “el cielo encapotado anuncia tempestad, el sol tras de las nubes, pierde su claridad, oligarcas temblad, viva la libertad”. Al terminar, contagiada por la grandeza de mi pueblo, grité en el micrófono: “¡que tiemblen los oligarcas, porque cuando a un pueblo no pueden atemorizarlo ni con la muerte, la victoria está asegurada!”. No pasaron setenta y dos horas sin que ese glorioso pueblo civil y militar restituyera, su presidente, su proceso y su revolución al Palacio de Miraflores.

Llamamiento:
Hermanas y hermanos de todos los continentes en el momento histórico presente, dos fuerzas irreconciliables están enfrentadas: La oligarquía nacional e internacional y el pueblo trabajador nacional e internacional. Estamos librando una batalla decisiva. El camino de la victoria para el pueblo trabajador, lo ha señalado nuestro comandante y líder el Presidente Hugo Chávez: Unidad de los partidos revolucionarios, unidad de los pueblos en lucha contra la oligarquía, unidad de los civiles y de los militares, progresistas y patriotas, unidad de los y las discriminadas, por la clase, por la etnia, por el sexo, por el color de la piel, unidad de los saberes, unidad del canto y de la poesía, del fusil y del evangelio.
¡”Vacilar es perdernos”! La unidad de los pueblos en lucha salvará al planeta y derrotará definitivamente a la oligarquía. ¡Vivan las mujeres en lucha! ¡Vivan los pueblos en lucha! ¡Viva la revolución bolivariana! ¡Viva nuestro presidente Hugo Chávez!
Muchas Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La belleza de la pureza del alma queda reflejada en cada apasionada palabra que dice esta maravillosa mujer. Mujer que ha sido capaz de superar obstáculos de la vida y su espíritu permanece inalterable, indomable, inquebrantable... Ejemplo para las mujeres luchadoras que amamos a este país, a este proceso, a nuestro Presidente... Gracias por ser ejemplo de vida, de lucha y de tenacidad. Que Dios te bendiga María León.

Elsy Calderón