2 sept. 2007

Comandante Chávez. Un nuevo lider sindical


Hace pocos meses en el acto de los propulsores del PSUV afirmé categóricamente que en la Venezuela revolucionaria del siglo XXI hay dos clases fundamentales: La clase trabajadora y La oligarquía.
Las propuestas del Comandante Chávez en la Reforma Constitucional fortalecen ésta visión. Como gran estratega, no se detiene en su propuesta, en los distintos estamentos que comprenden a la clase trabajadora sino que representa los intereses de ésta como totalidad. ¿Podrá alguien poner en duda que los seis millones de trabajadores y trabajadoras, beneficiadas y beneficiados con la propuesta del artículo 87 pertenecen a la clase trabajadora? Leámoslo: “a los fines de garantizar el ejercicio de los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras no dependientes, como taxistas, transportistas, comerciantes, artesanos, profesionales y todo aquel que ejerza por cuenta propia cualquier actividad productiva para el sustento de sí mismo y de su familia, la ley creará y desarrollará todo lo concerniente a un fondo de estabilidad social para trabajadores y trabajadoras por cuenta propia para que con el aporte del Estado y del trabajador pueda éste último gozar de los derechos laborales fundamentales tales como: jubilaciones, pensiones, vacaciones, reposos, prenatal, postnatal y otros que establezcan las leyes”.
Si sumamos a esta masa laboral el contingente de las amas de casa, reivindicadas ya en 1999 con el artículo 88 de la Constitución Bolivariana, como productoras de riqueza y bienestar social, y por tanto con el derecho a la seguridad social tenemos una fuerza laboral de nueve millones de personas representadas constitucionalmente en sus intereses históricos.

Y TAMBIEN LA JORNADA DE SEIS HORAS

A una clase transformándose ya en partido político como la clase trabajadora venezolana, sólo puede dirigirla quien representa sus intereses verdaderos, no los intereses particulares en una empresa o en una rama de la economía, sino quien es capaz de mirarla como totalidad en la batalla histórica que libra contra su enemiga de siempre la clase oligárquica, por eso tenia que ser el Comandante Chávez quien pensara en la necesidad que tiene la clase de mejorar sus condiciones de trabajo. Porque la jornada de ocho horas, sumada al caos que produce en la sociedad el afán capitalista de obtener la máxima ganancia ha debilitado y extenuado a los trabajadores y trabajadoras impidiéndoles en primer lugar ejercer el derecho al descanso, que le permitiría reponer las deterioradas fuerzas gastadas durante la jornada, en segundo lugar el derecho a vivir al lado de sus familias, hasta ahora la clase trabajadora ve cada día más deteriorado el núcleo familiar, en tercer lugar el derecho a la cultura y a la educación, el Comandante Fidel Castro ha dicho repetidas veces que para ser libre hay que ser culto, necesitamos el tiempo para elevar la cultura de nuestra clase, la clase trabajadora venezolana, y en cuarto lugar, el derecho al ocio y a la recreación, por este pueblo heroico esperan las montañas y los ríos, las tardes libres para mirar el azul del mar, la sabana infinita o para remontar el Guaraira Repano.
Muchas veces se habla del aumento en la expectativa de vida del pueblo venezolano, pero esas cifras ocultan que la vida de los oligarcas y del 5 % que le rodea es mucho mayor. Cuando el promedio de vida se analiza por estratos sociales, encontramos que pierden hasta quince años de vida los estratos tres, cuatro y cinco de la población. Toda esa masa laboral ha sido extenuada por la inmisericorde explotación del capital.

Por eso nuestra consigna: “Seis horas para trabajar, seis horas para estudiar, seis para descansar, y seis para vivir y amar”.
Comandante Chávez, gracias por su consecuencia, con su liderazgo la oligarquía ha retrocedido ante el empuje de la clase trabajadora venezolana. Nos preparamos para el socialismo que será nuestra victoria definitiva.
¡Patria, Socialismo o Muerte!, ¡La Reforma va!

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