Como homenaje al bicentenario de la revolución del 19 de abril de 1810, queremos destacar cómo la posición de nuestro Comandante y líder el Presidente Hugo Chávez, en la Cumbre de Québec en el año 2001 sirvió como detonante a la carga de fervor antiimperialista de los pueblos de NuestrAmérica de la misma manera que Caracas fue protagonista de la revolución que estableció como principio el derecho de los pueblos de América a regirse por sí mismos el 19 de abril de 1810. Aquellas venezolanas y venezolanos vivieron momentos de intensa pasión patriótica que podemos revivir hoy a través del relato de Felipe Larrazabal que describe aquellos acontecimientos:
“Ya no cabía medio en la situación a que había traído las cosas la varonil palabra del canónigo de Chile. O se traicionaba el movimiento o se rompía con Emparan. Este ocurrió al pueblo, juzgando encontrar menos rigor en la multitud del que hallaba en el Cabildo; y en voz alta preguntó desde el balcón a la muchedumbre si estaban contentos con su mando. Muy advertido era Madariaga para librar el resultado de aquel arduo asunto a la imprevisión o mudable voluntad del pueblo; y quedándose un poco atrás de Emparan, hizo señas que no. Varios de los comprometidos gritaron entonces: No; no lo queremos, no lo queremos, palabras que repitió el pueblo con clamor más expresivo, a lo que repuso Emparan, despechado: Pues yo, tampoco quiero”.
Así mismo, terminó el acto trascendental de aquel día para siempre memorable. La revolución se consumó por el denuedo de Salias y por la inferencia patriótica y el eficaz calor del canónigo Cortés de Madariaga. La revolución de independencia americana había dado su primer paso.
El primer Gobierno propio de la América española quedaba constituido.
Pronto haría lo mismo Buenos Aires, el 25 de mayo; luego Bogotá, el 20 de julio; Chile, el 18 de septiembre.
Durante ese año de 1810 todas las capitales de América, con excepción de Lima y Guatemala, darían un paso idéntico al que iniciara Caracas el 19 de abril”
En el año 2001, Caracas en la Cumbre de Québec, también alzó su voz revolucionaria, la voz indoblegable del pueblo venezolano, cuando nuestro Presidente reclamó la democracia participativa para todos los pueblos de NuestrAmérica, y rechazó rotundamente el ALCA (estrategia del imperio destinada a romper la soberanía nacional, anexando nuestros países a los Estados Unidos y a las empresas globalizadas). En aquel momento, nuestros países, con la excepción de la heroica Cuba y de Venezuela estaban gobernados por clases oligárquicas que se debatían entre la adulancia y el terror a los Estados Unidos, en abierta oposición a su pueblo, que no han dejado de resistir durante los últimos doscientos años al neocolonialismo.
Después del No rotundo del Comandante Hugo Chávez a la Alianza de Libre Comercio para las Américas ALCA, las amenazas y maniobras de BUSH para imponerla fracasaron hasta que esta fue enterrada en Buenos Aires.
A partir del ejemplo que Caracas dio en Québec, nuestros pueblos han elegido presidentes, como Lula, Correa, Evo, Daniel, que denuncian los planes imperialistas e impulsan un movimiento de liberación que cada día alcanza mayor extensión en nuestra América.
“Ya no cabía medio en la situación a que había traído las cosas la varonil palabra del canónigo de Chile. O se traicionaba el movimiento o se rompía con Emparan. Este ocurrió al pueblo, juzgando encontrar menos rigor en la multitud del que hallaba en el Cabildo; y en voz alta preguntó desde el balcón a la muchedumbre si estaban contentos con su mando. Muy advertido era Madariaga para librar el resultado de aquel arduo asunto a la imprevisión o mudable voluntad del pueblo; y quedándose un poco atrás de Emparan, hizo señas que no. Varios de los comprometidos gritaron entonces: No; no lo queremos, no lo queremos, palabras que repitió el pueblo con clamor más expresivo, a lo que repuso Emparan, despechado: Pues yo, tampoco quiero”.
Así mismo, terminó el acto trascendental de aquel día para siempre memorable. La revolución se consumó por el denuedo de Salias y por la inferencia patriótica y el eficaz calor del canónigo Cortés de Madariaga. La revolución de independencia americana había dado su primer paso.
El primer Gobierno propio de la América española quedaba constituido.
Pronto haría lo mismo Buenos Aires, el 25 de mayo; luego Bogotá, el 20 de julio; Chile, el 18 de septiembre.
Durante ese año de 1810 todas las capitales de América, con excepción de Lima y Guatemala, darían un paso idéntico al que iniciara Caracas el 19 de abril”
En el año 2001, Caracas en la Cumbre de Québec, también alzó su voz revolucionaria, la voz indoblegable del pueblo venezolano, cuando nuestro Presidente reclamó la democracia participativa para todos los pueblos de NuestrAmérica, y rechazó rotundamente el ALCA (estrategia del imperio destinada a romper la soberanía nacional, anexando nuestros países a los Estados Unidos y a las empresas globalizadas). En aquel momento, nuestros países, con la excepción de la heroica Cuba y de Venezuela estaban gobernados por clases oligárquicas que se debatían entre la adulancia y el terror a los Estados Unidos, en abierta oposición a su pueblo, que no han dejado de resistir durante los últimos doscientos años al neocolonialismo.
Después del No rotundo del Comandante Hugo Chávez a la Alianza de Libre Comercio para las Américas ALCA, las amenazas y maniobras de BUSH para imponerla fracasaron hasta que esta fue enterrada en Buenos Aires.
A partir del ejemplo que Caracas dio en Québec, nuestros pueblos han elegido presidentes, como Lula, Correa, Evo, Daniel, que denuncian los planes imperialistas e impulsan un movimiento de liberación que cada día alcanza mayor extensión en nuestra América.